11.2.15

Historias de amor y odio periodístico.

Aquí estamos otra vez (sé que el plural mayestático es pedante, pues estoy yo solo delante del teclado al escribir esto, pero es que es una manía que no logro quitarme...) frente a la pantalla en blanco, mientras se mezclan en mi cabeza faenas que tengo que hacer, ideas que se me ocurren, cosas que me apetece grabar y demás, y al menos escribir me sujeta el pensar sobre una idea y darle forma.
En este caso, la proximidad del día de los enamorados y las batallas ideológicas en los medios de comunicación, a ver que sale...
Hablando un día con amigos futboleros (porque si amigos, me gusta el "furgol", soy zaragocista) sobre programas de deportes. Hace un tiempo, los de Carrusel Deportivo, Paco González y Pepe Domingo Castaño y cía, tuvieron movida en la SER y se fueron en masa a la COPE (pasándose a llamar Tiempo de Juego, la marca de deportes COPE), yo que soy muy aficionado a la radio desde nano, los escuchaba los domingos por la tarde y me proporcionaban compañía, y cuando se fueron a la competencia, allá que me fui. Mis amigos me preguntaron que cómo un "rojeras" como yo escuchaba los deportes de la COPE, y yo dije que yo seguía a personas y no a cadenas; mientras ellos se mantenían fieles a la emisora, escuchando la SER (y su parilla). Y hablando y hablando me confirmaron que conocían a gente que seguía a los locutores y otros a las cadenas.
Yo había escuchado mucho tiempo M80 (grupo PRISA) por las mañanas y después de que cancelaran sin permitir a Joaquín Guzmán despedirse de su audiencia, después de 15 años en antena con La Gramola, o que cancelaran un "Morning Show" que presentaba no recuerdo quien (fue después de Pablo Motos) de la misma manera, y Carne Cruda en Radio 3 (y tantos otros), me dí cuenta que los medios de comunicación son todos iguales, y que a lo que a uno le llega son los trabajos de personas que (y más en radio) conectan muy bien con el público. Así que yo voy de dial en dial buscando voces y cosas, y no empresas (ojo al Podcast, que tiene futuro). Pero es una simple opinión.
Esta semana han salido dos noticias al respecto, una de la SER y otra del RTVE, esta la cosa muy malita hermano, pero esto no hace más que confirmar que los medios de comunicación son empresas donde el periodismo es un negocio antes que un oficio, y ya esta, ya lo he dicho. Quien quiera saber más de las noticias que busque, no voy por ahí, pero esta claro que me apena.
Pero para los locutores es una desdichada historia de amor; alguien dijo en Onda Cero, que estaba muy contento de trabajar allí y que le costó mucho irse de la SER, porque como se decía por ahí, en el mundo periodístico, conseguir entrar en la SER y después irte, era como decirle que no a un guión de una película de Spielberg para un actor: ya no te volvería a salir trabajo bueno nunca. Y remató con un "hay vida después de la SER" que me recordó al feliz enamorado que después de varios años de relación, se curra un San Valentín de lujo, por compromisos sociales, y se encuentra de repente delante de una mesa de restaurante para dos, con una servilleta roja plegada, y mirando alrededor, mientras la pareja está ausente, preguntándose qué narices está haciendo allí. Entonces descubre que bueno, que a veces nos obstinamos en continuar algo que no nos molesta, es más, algo que calma nuestro miedo a la soledad pero que nos impide hacer o estar haciendo cosas que nos hacen felices, y de repente. ves al angelote regordete, Mr. Valentine, como se coloca unas gafas de sol y afila otra flecha, mientras empujas la mesa para hacerte un parapeto, y como en las pelis de Tom Cruise, sales echando chispas a cámara lenta mientras una lluvia de flechas te persigue hasta la salida del Restaurante, cambias de plano y se ve como al final del comedor, tu pareja te ve saliendo por el cristal de la puerta, y se unta con rimmel negro las mejillas en señal de guerra mientras dice entre dientes: "No habrá paz para los parados"...
Uf, tengo que dejar de ver tanto Cine de acción... pero es que los Mercenarios mola, no es de pensar, pero lo pasas bien.
Taluego.